Al concluir el proceso de selección de los candidatos y alianzas electorales, como la etapa más traumática y difícil para las organizaciones políticas, que competirán en los torneos electorales del próximo año, en RD, terminan las luchas internas, en ocasiones desgarradoras y de ácidas confrontaciones, cuyas consecuencias requieren de mucho esfuerzo y trabajo tratando de evitar divisiones, desavenencias y deserciones por la inconformidad de lo no beneficiado.

En esta ocasión los inconvenientes y desafecciones han sido no solo traumáticas, si no inmanejables en todas las organizaciones políticas en proporción a sus tamaños y estructura orgánica, esto en gran medida por la adopción del procedimiento de elección popular a través de encuestas, ordenadas por los partidos, cuyos resultados no fueron aceptados por los que resultaron rechazados, dejando como lección que ese procedimiento aunque ayuda a las organizaciones a resolver situaciones internas, la realidad es que resulta antidemocrático y solo tendría aceptación, sí el mismo fuera implementado y ejecutado por la Junta Central Electoral.

Concluido este proceso, reiteramos muy traumático, corresponde ahora la armonización y recomposición interna de todos los partidos, así como la programación y arranque de la campaña electoral, que para el caso de los ayuntamientos resulta relativamente corta, tomando en cuenta que el mes de noviembre se emplea en la planificación y arranque de los trabajos y todos sabemos que el mes de diciembre y los primeros 10 días de enero, son muy difíciles para campaña política, no solo por lo que implican las actividades de navidad y año nuevo, sí no, por las demandas económicas excesivas que sé originan durante ese periodo.

Lo anterior implica que la campaña para elegir las autoridades de los ayuntamientos, se inicia con toda fuerza a partir de la segunda semana del mes de enero, para unas elecciones a celebrarse en la tercera semana de febrero. Estamos hablando de 5 o 6 semanas de campaña que solo benefician a las autoridades que repiten como candidatos, en virtud de que tienen un trabajo realizado.

Lo mismo ocurre para los candidatos a legisladores, cuyo trabajo en forma toman fuerza a partir de concluir las elecciones municipales, con un poco más de tiempo, pero en un proceso más complicado y con el precedente de los resultados de los candidatos municipales, según hayan ganado o perdido, así como el apoyo económico de que puedan disponer, siendo esto último sumamente determinante.

A partir de ahora la contienda deja de ser interna y la confrontación, pasa a ser partido contra partido, candidato contra candidato, en la que se determinara la verdadera fortaleza y/o debilidad de los aspirantes y sus organizaciones políticas, cuyos resultados constituirán las verdaderas encuestas que confirmaran o desmentirán los números que como artificio de campaña, han estado promoviendo las direcciones de las diferentes organizaciones políticas.

En ese orden y con esos fines nos aproximamos aceleradamente al próximo mes de febrero donde las municipales habrán de pronunciarse con sus resultados, mismos que enviaran unos mensajes muy claros y colocaran las cosas en su verdadero lugar, por ejemplo: será el momento que se determinara con exactitud el orden y la diferencia que marcara la preferencia electoral de cada partido y sus candidatos presidenciales con respeto a los primeros tres lugares, así como el comportamiento de los números de inscritos en los partidos, anunciados con bombo y platillo, comparado con los votos obtenidos en las urnas, así como una proyección clara de cara a los resultados previstos para el 19 de mayo del 2024.

Mientras tanto, este proceso ha demostrado ampliamente que el PRM y sus candidatos han salido altamente favorecido y consolidado en cuanto a estructura orgánica, disciplina, motivación, entusiasmo y orden, en los que los efectos de inconformidad y protesta han sido manejados con prudencia y éxitos, con algunas excepciones, avalado por la conformación de una extraordinaria alianza electoral, sin precedente en RD, conformada por más de 20 organizaciones políticas reconocidas, apoyando la candidatura presidencial del Lic. Luis Abinader, mientras la oposición exhibe mininos resultados positivos.