Balance del año 2022 y perspectiva 2023, de cara al 2024

La semana pasada, leímos un artículo escrito por el Obispo de Higüey, Monseñor Jesús Castro Marte, que recoge una especie de balance general del año 2022 y proyecciones para el año 2023, elaborado de manera critica, según pudimos apreciar, de la situación del país al concluir el año 2022 e iniciar el 2023.

Es un trabajo enjundioso, realista y objetivo, concebido con fines y propósitos constructivos sin que se aprecie ninguna bandería política, si no, más bien, fundamentado en la realidad y conveniencia del país, en el que se destaca, entre otras cosas, tal vez sin que fuera su intención principal, la alta valoración que el autor le concede a las ejecutorias y comportamiento del Presidente de la República, Lic. Luis Abinader, con expresiones llanas, sinceras y espontaneas como si hubiesen surgido de las entrañas y el corazón de nuestra iglesia cristiana. Vale la pena leerlo.

El artículo de referencia, es amplio y toca muchos aspectos del acontecer nacional, incluyendo por supuesto, actividades de la iglesia católica, todo lo cual atrajo nuestra atención, sin embargo, emociona la forma en que se refiere al manejo de la acciones del Presidente y el Gobierno de la nación, en virtud de que con ello toca los sentimientos y los corazones de la inmensa mayoría del pueblo dominicano, por la certeza de que ese es el criterio que sustentan amplios sectores del país y lo fundamentan de manera esencial, entre otras cosas, en los siguientes aspectos:

• En la Republica Dominicana, existe una consciencia clara de la situación en extremo difícil, con la que el Presidente Abinader, asumió la dirección del Estado en agosto, 2020, sin ninguna experiencia en el manejo del gobierno, donde su primera decisión fue declararle una guerra sin cuartel a la corrupción y la impunidad estatal, con un Ministerio Publico, totalmente independiente y una firme actitud personal de cero tolerancia con quienes hayan incurrido o incurran en actuaciones dolosas desde las funciones en la administración pública.

• El Presidente Abinader, en dos años y cuatro meses ha manejado, el tema de la Pandemia, la crisis sanitaria universal, al igual que la economía, la inflación y la crisis haitiana, con tal valor y determinación que ha merecido el reconocimiento de los organismos internacionales, de igual modo lo ha hecho con la educación pública, la producción nacional, el presupuesto y Ley de gasto público, las relaciones con los poderes faticos del país, las relaciones internacionales, los efectos desastrosos del huracán Fiona y el diluvio inesperado del 4 de noviembre, así como los efectos internacionales a consecuencia del COVID-19, la guerra entre Rusia-Ucrania y la crisis en el vecino país de Haití, en cada una de las cuales no solo ha pasado la asignatura, si no que lo ha hecho con notas sobresalientes.

• Han sido notorios y admirables los éxitos del Presidente Abinader, en el manejo de cada una de las dificultades que le ha tocado enfrentar y sobre todo la valentía, responsabilidad y eficiencia con que lo ha hecho, evidenciando en cada caso que es un hombre honesto, trasparente, ético en el manejo de los intereses del país, trabajador incansable y eficiente, con visión de futuro, cercano a la gente, con sensibilidad humana y sentimientos nacionalistas, cualidades que han llevado a muchos a entender y expresar que Luis Abinader, en estos momentos, es un lujo de Presidente para la Republica Dominicana.

• Justamente ese es el criterio del Partido Verde de la Unidad Democrática, porque independientemente de vocinglería barata y sin sentido que en contra del presidente se escuchan a diario, no hay dudas en afirmar que el Presidente de la República, se ha hecho merecedor de la confianza, el respeto, el cariño y la admiración no solo de la mayoría del pueblo dominicano, si no de la comunidad internacional, quienes valoran positivamente el clima de seguridad jurídica que garantiza la paz social que demandan las inversiones locales e internacionales.

Con esos activos a su favor, el gobierno en sus manos y en buen rumbo, con una aceptación popular que ronda el 60%, con experiencia de estado y con una visión clara de lo que demanda la nación y sus posibilidades, arriba el Presidente Abinader, al fin del año 2022 e inicio del 2023 a 13 meses para las elecciones municipales y a 16 meses para las elecciones presidenciales y congresuales. Haga usted amigo lector sus propias proyecciones.

Entendemos que en ese contexto, de Luis Abinader y solo de él dependerá políticamente hablando lo que suceda aquí en el país el 19 de mayo, 2024. Él tiene la bola en sus manos, mientras los demás en la oposición, se consumen al haber elaborado sus estrategias políticas y cifrados sus esperanzas electorales en el fracaso del gobierno, en el fracaso de Luis Abinader, que es lo mismo que el fracaso del país, lo que constituye una insensates, que junto a otras condiciones los lleva a cosechar unos porcentajes de aceptación popular, que entre el PLD y la FP juntos, no sobrepasan el 38%..