La grave crisis en Haití, riesgos y temores en República Dominicana
Las advertencias y sugerencias del Presidente Luis Abinader, a la Comunidad Internacional.
Como es conocido por todos, la crisis por la que atraviesa el vecino país de Haití, es de proporciones alarmantes y de grandes riesgos y temores para la estabilidad y seguridad de nuestro país, y lo peor es que por el momento no se vislumbra salidas fáciles ni rápidas.
La anarquía y el desorden se han apoderado de todo el territorio haitiano afectando sensiblemente la vida institucional, económica y social de esa empobrecida nación, habiendo caído en control fragmentando, por bandas anárquicas y criminales, que han impuesto sus condiciones a base de saqueos, secuestros y crímenes sin de control por parte de las autoridades del Estado. Los reportes de la prensa local e internacional son simplemente aterradores.
El caos que se está viviendo en estos momentos en ese país que comparte con nosotros el territorio de la Isla Hispaniola es desastroso. Los bancos comerciales se han visto en la obligación de suspender sus servicios de manera indefinida, las embajadas y consulados han cerrado sus puertas, las líneas aéreas suspendiendo sus vuelos, almacenes y negocios saqueados y las instituciones de servicios y socorro sin capacidad para dar respuestas.
Los que tienen posibilidades, extranjeros y nacionales haitianos, abandonan el país junto con sus familias y en realidad no es para menos, ya que con el cuadro descrito más arriba lo que se espera no es nada bueno. No hay comida ni medicamentos, los hospitales han sido agredidos y cerrados y han colapsado prácticamente el 100% de los servicios públicos. En esas condiciones hacia donde se dirige ese país. ¿Cuál es el rumbo?
En el estado que se encuentra Haití en estos momentos y por el camino que va, ¿qué podemos esperar? Los problemas de esa nación vienen de viejo, son muchos e inmanejable, un cáncer que ha hecho metástasis en todos los órganos del cuerpo social y cada vez la situación es peor. Haití por sí solo no resolverá sus problemas, porque ha perdido la capacidad de hacerlo.
La comunidad internacional, ha intentado ayudar a resolver los problemas de esa nación, pero finalmente ha salido huyendo, después de años de lucha. Francia, Canadá y Los Estados Unidos de América, han apostado permanentemente, en nombre de la comunidad internacional, a que los problemas de Haití sean resueltos por la Republica Dominicana, algo irracional e imposible, por razones históricas, entre otras. La realidad que después de Haití, la Republica Dominicana es la más afectada por esa crisis y las circunstancias nos imponen y nos obligan a tomar acciones y decisiones drásticas, dolorosas con frecuencias, pero necesarias para la supervivencia de nuestra nación. En el caso de ahora, el Presidente Luis Abinader las ha asumido con absoluta responsabilidad.
La frontera Dominico Haitiana, ha sido rigurosamente resguardada por las autoridades militares y los accesos migratorios también para garantizar la seguridad, el orden y la soberanía nacional, entre otras acciones como controles estrictos en el orden migratorio. También el Presidente de la Republica ha aprovechado su viaje reciente a la ciudad de Washington, Estados Unidos, invitado por la Casa Blanca, para exponer desde allí y en el seno de la Organización de Estados Americanos, OEA, de manera dramática y clara, el colapso institucional del Estado Haitiano. Hizo lo mismo ante una comisión de más de 30 legisladores (Senadores y Representantes del Congreso Americano), con quienes compartió la problemática y necesidad de soluciones del vecino país.
La elocución del Presidente Abinader, en la sede de la Organización de Estados Americanos, en el marco de una reunión de su Consejo Permanente, no pudo ser más elocuente, firme y contundente, advirtiendo de manera reiterada y categórica, que Republica Dominicana, ante la crisis Haitiana, se encuentra frente a inminentes y graves peligros, que pueden afectar la seguridad y soberanía nacional, con la inquebrantable obligación de las autoridades dominicanas, de hacer cuanto sea necesario para preservar la paz, el orden y la seguridad del país.
Ha sido muy claro el Presidente Abinader, ante la comunidad internacional, en cuanto a que el país no tiene ni tendrá soluciones para los problemas de Haití, por lo que hizo un vibrante y urgente llamado a los países organizados dentro de la Organización de las Naciones Unidas, ONU y la Organización de Estados Americanos, OEA, para que se aboquen, sin pérdida de tiempo, a promover y desarrollar acciones en pro de poner orden de manera urgente en la nación haitiana, mismo que no se hace esperar.
Que otra cosa puede hacer la republica Dominicana, que no sea continuar fortaleciendo los controles migratorios, enfrentando e incrementando acciones contundentes para detener el ingreso de ilegales haitianos y otros, así como repatriando a todo el que no tenga los documentos que legalicen su estatus migratorio.
El cuadro que nos presenta la situación haitiana, es oportuno para plantear la necesidad de que nos cuidemos de que intereses políticos electoreros, nos aparten de los sentimientos patrióticos que tradicionalmente han logrado que actuemos como país, en unidad nacional, sin interponer banderías
políticas, cuando se ha visto amenazada la seguridad de la República, por causa del vecino país, como es el caso de ahora. No es el momento para que de manera interesada e irresponsable, se esté apostando al fracaso del Presidente Abinader, en interés de ganar capital político, sin tener en cuenta el riesgo para la Patria. Nuestra nación está por encima de cualquier otro interés y esa es la enseñanza que nos legaron Duarte y centenares de patrióticas que lo dieron todo por una Republica Dominicana, libre y soberana.