Una buena decisión del Presidente Abinader, que debe ser entendida y actuar en consecuencia
Compartimos plenamente y celebramos la acción presidencial «con la ilusión o esperanza de que dé resultados positivos, asegurándose de que en misiones jueguen un papel de primer orden Las Gobernadoras, Los Legisladores (Senadores y Diputados), los Alcaldes y Regidores, conjuntamente con las demás autoridades locales y los líderes comunitarios y religiosos, para evitar con ellos que se desvirtúen las» «intenciones del Presidente y se convierta en una romería de fines de semanas, generadora de diferencia política y divisiones entre las direcciones locales».
«Sin embargo, queremos enfatizar que nuestras sugerencias a» «los funcionarios del gobierno, en las reflexiones de la semana pasada, van en otra dirección, nos referimos simplemente a un cambio de actitud, para lo cual no tienen que trasladarse todos los fines de semanas a las diferentes localidades del país. Basta con recordar y tener presente que tienen esas posiciones en el tren del Estado por los votos del pueblo, que lo hizo con una esperanza y para continuar con sus posiciones en el Estado se» requerirá nueva vez los votos de esa misma gente.
Nos referimos a la conveniencia de que sean menos «funcionario y más servidores público, haciéndose más cercano a la gente, recibiéndola en sus oficinas, escuchando sus sugerencias e inquietudes, recibiendo y devolviendo llamadas telefónicas, sorprendiendo a sus amigos de antes con una sencilla llamada de afecto, haciendo, aunque sea en parte, lo que hacían cuando estaban buscando los votos, cumpliendo sus responsabilidades estatales con eficiencia, con pulcritud, con trasparencia y con humildad de modo que se conviertan en referentes morales ante los ojos de la ciudadanía, recordando cada mañana antes de salir de sus hogares que sus posiciones no son herencias, no son propias, sino prestadas y con frecuencia por muy poco tiempo».
«Los funcionarios del gobierno son colaboradores, asesores ,» «auxiliares del Presidente de la Republica en su misión de administrar el Estado, en ese orden deben valorar y aquilatar el extraordinario esfuerzo que viene haciendo el Presidente Abinader, para dar respuesta a las acuciantes insatisfacciones y necesidades del pueblo y sus instituciones, por lo que en el desempeño de sus responsabilidades tienen que actuar de modo talque sus manejos no afecten las obras y la imagen del Jefe del Estado. Se advierte con cierta frecuencia todo lo contrario. El país y el mundo están frente a grandes dificultades y a grandes desafíos, con expectativas en muchos casos inciertas. Las insatisfacciones de la población aumentan, la oposición irresponsable y oportunista se aprovecha y amenaza con desordenes y el caos, todo lo cual requiere que los esfuerzos del Presidente Abinader, sean cada vez más serios, oportunos y fuertes y donde la colaboración de sus funcionarios sea más firme, más eficiente y menos traumática»