LA PROEZA DE ABINADER DEBE SER PREMIADA 

Bastaría con tener un mínimo de sentido de observación y comparación imparcial para ver y apreciar lo que ha sucedido en nuestro país, en todos los sentidos, desde el 16 de agosto, 2020, cuando el Presidente Luis Abinader, asumió la dirección de la administración del Poder Ejecutivo en medio de la mayor y más traumática crisis sanitaria que registra la historia, con la profunda convulsión psíquica y económica, como consecuencia de la misma.

Tres años y cuatro meses de gobierno, en las peores condiciones, a la que se le agrega una oposición política irracional, desquiciada e irresponsable, movida por los trastornos traumáticos y vergonzosos que le produce el desvelamiento de los más escandalosos actos de corrupción e impunidad que registra el país, atribuidos por el Ministerio Público a su liderazgo al más alto nivel, mismos que han dejado ver con toda claridad su necesidad imperiosa y desesperadas de retornar al poder, sin que para ello implique en lo más mínimo los daños que se le impongan al pueblo, y en esas condiciones, lograr el Presidente Abinader, llegar a estos momentos con una aprobación popular de su gobierno de un 65%, según últimas encuestas, más que una proeza, parece un milagro.

Tres años y cuatro meses, con todas las crisis y limitaciones conocidas, y una oposición política que aviesamente lo desnaturaliza todo y lo descalifica sin contemplación y sin importar intereses y conveniencias para la nación, con el único propósito de restarle méritos al gobierno y sus logros, y llegar a estos momentos de inicios de campaña con la astronómica intención de voto popular por encima del 56%, porcentaje superior a los obtenidos en las elecciones del 2020, sí no lo vemos como una proeza, sería solamente por la obnubilación y ceguera que produce la ambición irracional y necesidad existencial de retornar al poder que el pueblo, cívicamente, le arrebató en el 2020.

La pandemia del COVID-19, con la producción y suministro cerrado a nivel mundial, la crisis económica y emocional como consecuencia de esta, se le agrega la guerra Rusia-Ucrania, con efectos devastadores, la crisis migratoria con los vecinos haitianos, los fenómenos atmosféricos con pérdidas cuantiosas, con recursos económicos sumamente limitados, y aun así, mantener la paz del país y en crecimiento muy por encima del entorno, con paz laboral, estabilidad económica, estabilidad cambiaría, estabilidad política y social en general, sin importar las provocaciones, apoyo militante de todos los poderes faticos y sobre todo de la Sociedad Dominicana, sí no es una proeza, será por lo menos, la mayor expresión de un manejo eficiente y responsable en la dirección del Estado Dominicano.

En tres años y cuatro meses de gobierno, en situaciones de crisis permanente, y aun así lograr el respeto y el reconocimiento de la Comunidad Internacional y la Sociedad Dominicana, que percibe y acepta las acciones del Presidente Abinader, como la diferencia entre la corrupción y la impunidad contra la transparencia y honestidad, solo ha sido posible, sobre la base de un trabajo tesonero y sin descanso 24 horas al día y 7 días a la semana, con eficiencia, honestidad, transparencia, responsabilidad y sentido humano, elementos estos que están siendo tomados muy en cuenta por la mayoría del pueblo dominicano, como un claro reconocimiento y admiración personal a las acciones de Luis Abinader, con la intención de otorgarle el pasaporte que requiere para que dirija y consolide en cuatro años más, los mejores sueños que pueda tener para nuestra nación.